Esa manera que tienen los versos
de quedarse en la memoria
como un sedimento involuntario.
residuo silencioso que
se asienta y acomoda para siempre
(un buen día le da por escurrirse
surcando la saliva mientras hablan
y en una conversación de nada
te ves recitando un poema
que te deja un olor a guardado en la garganta)
Y qué si ese puñado de cosas que leímos
se convierte en puntal de nuestras vida
o en la espina dorsal que nos aguanta.
Juanjo Aguilar.
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