Frase de la semana

"Para que nada nos separe, que no nos una nada."

Pablo Neruda.

domingo, 30 de octubre de 2011

Stop Motion: Potencias de 10.

3-Borges y los mundos cuánticos. Según la teoría de la mecánica cuántica (junto con la relatividad una de las teorías más revolucionarias del siglo XX) las partículas microscópicas adolecen de una llamativa esquizofrenia: pueden estar simultánemente en varios lugares y sólo pasan a estar en un lugar definido cuando se las observa con algún detector. La teoría (extensamente confirmada por el experimento) predice la probabilidad de encontrar la partícula en un lugar dado. Ahora bien, ¿cual es el mecanismo por el cual la partícula “elige” el lugar en el que será detectada? Esta pregunta resume el llamado “problema de la medición”, irresuelto hasta el día de hoy. La única salida coherente -aunque extravagante para muchos- es la llamada “Interpretación de los Muchos Mundos”, que Hugh Everett III publicó en 1957. Según esta teoría, en el momento mismo de la medición el universo se divide y se multiplica en varias copias, una por cada resultado posible de la medición.




 Cortometraje Potencias de diez. Charles y Ray Eames.

Juanjo Aguilar

sábado, 29 de octubre de 2011

Mi Neurona Paranoide: Silencio.

"¿No los odias?, ¿esos silencios incómodos? ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos? Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y compartir el silencio."


Mía Wallace. Pulp Fiction. 1994

Silencio. Ese arsenal  que todos tenemos y que pocas veces usamos. Se puede silenciar un mundo con una sola palabra y quizá también hacer un mundo de una palabra para que se haga un silencio. Hastiado de esperar y de aguantar tus silencios me cobijo en mi mejor abrigo que es la indiferencia y tras la absurda paciencia escondido espero.

Y desespero en tus miradas perdidas y en tus palabras escuetas, porque tu también compraste un abrigo (tú mejor abrigo) cosido también con celo por los neutrales hilos de la indiferencia.

No se como acabará esto. Quizá acabe con el que de los dos tenga menos paciencia.

Juanjo Aguilar

viernes, 28 de octubre de 2011

Mi cuaderno Negro: Así es un árbol.

-Los árboles hablan un dialecto que no entiendo demasiado bien y sin embargo ven y siente lo mismo que tú y que yo. Seguramente estén ya acostumbrados a la brisa que juega con sus verdes cabellos y quizá estén también acostumbrados a que sus raices se hundan en el suelo y beban agua de la tierra. Y no descansan más que los dias calmos cuando el sol se alza alto y el viento no corta raso las hojas que practican la fotosíntesis con sus cloroplastos. 

-Sí, creo que los oigo hablar entre ellos como susurrando.

-Desde luego que susurran y cuando no, callando, dejan que los amantes se besen bajo sus propias ramas para que puedan disfrutarse aun más si cabe. Así es un árbol.


Juanjo Aguilar

domingo, 23 de octubre de 2011

12 Anónimos: 6

A Hannah siempre le ha encantado pasear, ya sea por Central Park, por las avenidas o siguiendo el curso del río Hudson.
Hannah siempre se ha considerado una buena cazadora de nubes, todos los días suele tomar un par de capturas con su móvil para más tarde pasarlas al ordenador y mediante un sencillo fotomontaje comparar dichas nubes con alguna figura concreta.

Hoy no ha sido un buen día de caza. Hannah se despertó apenas salió el sol y se dirigió a los pies del puente de Brooklyn como solía hacer todos los domingos. También como todos los domingos llevaba consigo el móvil, una cola light y un iPod con los grandes éxitos de Queen, bastante jazz, algo de pop y toda la discografía de Muse que al parecer le fascinaban. Era de esperar que, como todos los domingos, Hannah se sentara en el banco donde Woody Allen y Diane Keaton rodaron aquella escena tan famosa de Manhattan donde Isaac, el protagonista, y Mary, la pareja de su mejor amigo, mantenían el siguiente diálogo:

-¿No es precioso Isaac?
-Sí y más aun cuando amanece.
-Sí, es cierto, me encanta.
-Qué maravilla.
-Oh...
-Esta es una gran ciudad, no me importa lo que opinen los demás, es tan extraordinaria ¿verdad?
-Sí. Creo que es mejor que me vaya, tengo una cita con Yale para almorzar.

Como siempre, este diálogo rondaba la cabeza de Hannah mientras observaba el cielo en busca de alguna nube a la que echar el guante. Su rutina se vio interrumpida por una chica que, vestida con un top ceñido y un pantalón corto, se le acercó y casi sin aliento le pidió la hora.

Un sudor frío recorrió todo su cuerpo. Con los ojos desorbitados Hannah dejó caer la cola light que se resbaló de entre sus dedos, se levantó de su asiento y comenzó a alejarse precipitadamente lejos de la muchacha.

La chica, extrañada, miró en su derredor y sin darle mayor importancia siguió con su propia rutina mientras la cola light se derramaba por el suelo como si de un gánster malherido se tratara.

Juanjo Aguilar

sábado, 22 de octubre de 2011

Stop Motion: El poema en la curva

"No es el ángulo recto que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas es hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein."

Oscar Niemeyer.



miércoles, 19 de octubre de 2011

Cesura: Tiempo.

Tiempo.
Lugar conceptual,
intento soñoliento de algo
sin sustancia,
digamos insustancial.

Tiempo,
Lugar sin sustancias,
intento de algo concreto 
que se quedó tan solo en eso
y nada más;
Algo, digamos,
tan solo conceptual.

Tiempo
que no es tiempo más allá
del complejo humano,
como finos hilos de lino bien forjados
interiormente vacíos
sin lugar a dudas.

Tiempo,
infinita locura.
Lógica absurda 
que deleita ideas
y sentimientos
y complejas fórmulas
matemáticas aplicadas
a la vida.

Tiempo,
que de tiempo perdido
se diluye en cascadas
de llenos y vacios
y otra vez más
Tiempo;
me quedo sin tiempo y tú también.

Juanjo Aguilar

martes, 18 de octubre de 2011

Mi cuaderno Negro: Adiós.

No se por qué se empeñan en llamarlo despropósito cuando no lo es. Es simplemente una cantidad ingente de tiempo desperdiciado en idas y venidas, en granos de café molidos, en partículas de grafito en tus dedos, en campos de centeno que diviso más allá de simples colores y que tú divisas también, quizá no como centeno pero si como trigo o como campo o como oda a la madre Sol.

No es un despropósito, es tan solo una manera de obviar tu existencia, pues en la indiferencia encuentro como saboteadas un sin fin de sensaciones indeseables que ya no quiero volver a sufrir precisamente porque ya no hay granos de café molidos, ni partículas de grafito en tus dedos, ni tan siquiera hay campos de centeno más allá de la imaginación; y sin más dilación (de nuevo): Adiós.



Juanjo Aguilar

domingo, 9 de octubre de 2011

Stop Motion: Solo para locos.

A mi también me ha dado siempre miedo la locura, el diccionario dice de ella que es la privación del juicio o del uso de la razón.- La llama acción desconsiderada, gran desacierto. Dice que por su caracter anómalo causa sorpresa...sorpresa, ¿A tí te gustan las sorpresas? No sé, es que así de entrada este último dato a dejado de parecerme negativo. Y dice anómalo y a mí lo normal me cansa, pensándolo bien hay cosas en las que es mejor dejar la razón a un lado, hay desaciertos preciosos, algunos la llaman maldita hoy me ha dado por decir ¡Bendita locura!
En su manifiesto surrealista de 1924, André Bretón afirma que los locos son, en cierta medida, víctimas de su imaginación en el sentido en que esta les induce a quebrantar ciertas reglas, reglas cuya transgresión define la calidad de loco. Yo no vengo a convencerte de que la esquizofrenia es bonita ni niego lo delicado del tema, lo complejo de las mil emfermedades mentales para las que tenemos nombre y carecemos de cura. Vengo, sin embargo, a contarte que hay una locura pequeña, una locura de autor que sí es atractiva. Es la locura del creativo que busca dentro de sus sueños o de sus entrañas para pintar un cuadro, la locura del escritor que convierte cualquier situación real o imaginaria en argumento para un libro, la del músico que inventa melodias de la nada, la locura de Frank Gehry haciendo posible el Guggenheim. La locura que no agrede, que no mata pero que es en cierto modo locura; La locura del que hace arte.

Pollock chorreaba sobre el suelo botes y botes de pintura, Duchamp convirtió en arte una bola de cristal que dentro contenía aire de París, Tristan Tzara propuso las siguientes indicaciones para escribir un poema:

"Coja un periódico.
Coja unas tijeras.
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema.
Recorte el artículo.
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo
y métalas en una bolsa.
Agítela suavemente.
Ahora saque cada recorte uno tras otro.
Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa.
El poema se parecerá a usted.
Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante,
aunque incomprendida del vulgo.
"

Buñuel y Dalí mezclaron sus sueños para rodar en apenas quince días y con un presupuesto de unas doce mil pesetas el cortometraje Un Perro Andaluz, se guiaron por una única regla: No seguir en ningún momento los dictados de la razón, no construir nada con un sentido más allá del que pudieran haber tenido los sueños.

A esa locura lúcida que crea arte, a esa estoy invocando, a esa canto, a esa mi oración atea porque Bretón también dijo: No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de la imaginación.

Juan José Millás. La locura en (de) el arte.


Juanjo Aguilar

sábado, 8 de octubre de 2011

Mi Cuaderno Negro: Azul.

Despertó. Aquel día hacía un frío que helaba la sangre. Helado de sangre de humano ya quebrado por la edad. Helado de sangre de humano tiempo atrás enamorado y que ahora, encaramado a la ventana observa como retumban con violencia las campanas en el campanario. 

He intenta abrir los postigos de ese hueco acristalado. Y no pasa nada. E intenta abrir la puerta de su dormitorio que se encuentra bien cerrada al otro lado. Y sigue sin pasar nada. Parece estar apresado. Ya apenas le quedan fuerzas para gritar y menos para intentar romper el duro cristal de su ventana o intentar de un golpe derribar la puerta que allí sigue parada al otro lado como muy bien cerrada.

Azules Sábanas bien bordadas reposan sobre la cama. Viejos cuadros de antaño colgados sobre la pared representan mares y cielos y azules tulipanes. También la pared es azul, como sus ojos. Y el campanario sigue allí en lo alto y aún doblan las campanas. Y ahora callan y el se sienta en su cama deshecha medio deshilachada de azul edredón y de azules sábanas. Y Ahora se lleva la mano a la cara y recuerda el tiempo que pasó en la playa con Azul, su amada.

Y recuerda a su hijo que murió en la armada americana. Y recuerda a su hija que treinta años atrás fue desposada por un marine, también de la armada americana. Y se tumba en su deshilachada cama de azul edredón y de azules sábanas y allí descansa.



Juanjo Aguilar

miércoles, 5 de octubre de 2011

Cesura: Hay sentidos.

Hay partículas de grafito
en tus dedos,
hay granos de arena
en tus pies,
sueños rotos en tu cabeza,
ojos que no volverán a ver.

Y hay también palabras sumidas
en tus labios,
hay un tacto sedoso
en tu piel,
olores esbozados en tu sonrisa
y flores que no volverás a oler.

Juanjo Aguilar

domingo, 2 de octubre de 2011

Stop Motion: Espacio Antropológico.

"La venganza del espacio es que lo sintamos como un impedimento, una condena. En efecto, pensamos en la felicidad como la ubicuidad, lo que resulta un gran problema, pues nuestra mente razona ya en términos de ubicuidad por un lado y, por tanto, vive el espacio como una condena; y, por otro, pedimos que la ciudad se organice en lugares y que además sean acogedores."


Massimo Cacciari. La Ciudad . Editorial Gustavo Gili. 2011.





Juanjo Aguilar