Frase de la semana

"Para que nada nos separe, que no nos una nada."

Pablo Neruda.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Stop Motion: Ray-Ban(s).


- Fragmento de la película Ray (2004).



“La raza no existe. Sí, la raza existe. No es, ciertamente, lo que se dice de ella que es, pero es sin embargo la más tangible, real y brutal de las realidades”.

-"Ya lo sé pero" o...Los avatares de la noción de raza (1993).
Colette Guillaumin.


"...Puedes decir lo que quieras del Sur, y yo he dicho bastante. Pero cuando haya olvidado las cosas desagradables que ocurrieron allí en mis épocas de gira, seguiré recordando el Fox Theater de Detroit, Michigan. Entonces el Fox era a Detroit lo que hoy es el Radio City a Nueva York. Un contrato allí era una perita en dulce. Mi salario ascendió automáticamente a trescientos dólares semanales durante el periodo de actuación. Todos estábamos contentos.

El espectáculo se abría y se cerraba con un conjunto de coristas dando sus pataditas con las piernas desnudas al estilo de los Rockettes. A mitad de la actuación, las chicas hacían un número muy bonito, con muchos paseíllos, vestuario elegante, luces y cosas por el estilo.

Pero en Detroit había disturbios raciales y después de tres representaciones el primer día, la administración del teatro se volvió loca. Afirmaron que habían recibido muchas quejas porque en el escenario aparecían muchos negros con las blancas de piernas desnudas y que cundía el desenfreno entre bastidores.

En la siguiente actuación nos enteramos de que habían modificado todo el espectáculo. Eliminaron el número de las chicas. Cuando las coristas abrieron la función llevaban máscaras negras y uniforme de niñeras. Hicieron los dos números con la cara negra y esa condenada indumentaria.

Cuando vio lo que estba ocurriendo, Basie protestó.
Pero no podía hacer nada. En los contratos figuraba nuestra aparición y eso habíamos firmado, pero no teníamos ningún control sobre lo que hacían los alarmados administradores de la sala.

Sin embargo, no fue eso lo peor. Después le dijeron a Basie que yo era demasiado clara para cantar con todos los negros de la banda: alguien podía pensar que era blanca si las luces no me enfocaban con acierto. De modo que consiguieron una grasa negra y me dijeron que me untara.

Entonces protestét yo. Dije que no lo haría por nada del mundo. Pero nuestros nombres figuraban en los contratos y si rehusaba habría problemas, no slólo conmigo sino con todos los de la banda y sus futuros contratos.

De modo que me oscurecí para que continuara la función en la virtuosa Detroit. Tal como dicen, en el mundo del espectáculo no hay nada como el musical.

Tenías que sonreír para no vomitar."

-Lady Sings The Blues, memorias (1956). Billie Holiday.

"Un domingo, por ejemplo, algunos amigos y yo regresábamos en auto del cine. Entre los que iban en el carro, figuraba Peggy, una muchacha que vivía calle abajo. Era una joven de piel sumamente clara, con pelo rubio y ojos verdes. Su presencia generalmente provocaba miradas curiosas y hostiles, porque la gente blanca tomaba siempre a Peggy como una de la raza de ellos. En esta ocasión fue un policía quien la tomó por una persona blanca rodeada de negros. Y en el momento preciso en que mis [...] amigos se disponían a dejarme frente a mi casa, el policía nos obligó a arrimar el auto a un lado, al tiempo que exigía que se le dijera qué hacían tantos negros con una muchacha blanca. El agente policial nos ordenó bajar del auto y nos registró meticulosamente a todos, excepto a Peggy, a quien separó del grupo. En Alabama, por aquella época, había una disposición estatal que prohibía todo intercambio, excepto el económico, entre negros y blancos. El guardia amenazó con meternos a todos en la cárcel, incluso a Peggy, a quien calificó "negrera".

Cuando Peggy explicó indignada que era tan negra como el resto de nosotros, el policía quedó manifiestamente desconcertado. Pero salió de us aprieto con una descarga de sucias palabrotas, al tiempo que golpeaba a algunos de los muchacos y registraba el carro pulgada a pulgada, en busca de alguna excusa para meternos en la cárcel. Aquel fue un incidente corriente, acaso más trivial que la mayoría de ellos, pero no menos indignante, porque era característico."

-Autobiografía. La Habana. A. Davis (1976).

Juanjo Aguilar.