Frase de la semana

"Para que nada nos separe, que no nos una nada."

Pablo Neruda.

lunes, 19 de agosto de 2013

Cesura: Sueño.

Tengo enrollado al cuello
un sueño que no me deja dormir
ni soñar.
Un sueño que no se repite,
que no parece pesadilla,
no es un sueño de autosuperación,
o de cambio,
ni tan siquiera podría psicoanlizarse,
es un sueño que sueña con despertarse
un día
y seguir siendo sueño
y no recuerdo.

Es un pequeñito sueño eterno,
un sueñito,
un sueño esperanzado,
el cubil de un sueño,
el huevo sueño,
despierto del sueño y lo sueño.

Es un resquemor onírico,
una aguja de acupuntura,
una nube de ternura
soñolienta.
Una historia fantástica
y lenta.
Tiene varios capítulos la quimera,
dos e incluso tres temporadas,
aunque la mejor para mí
siempre será esta, la primera.

Es una alucinación de medianoche,
una visión de calaveras,
el broche de oro de la madrugada
esperanzada en despertarme.

Decía Calderón:

  “Que toda la vida es sueño
  y los sueños, sueños son.”

Pero mentía el muy cabrón,
el ensueño no es espejismo,
no es ilusión,
es tan real como lo soy yo,
quizá más.

  -Ya sabes cómo son estas
  cosas de la burocracia onírica.-

Este sueño, que es mi sombra,
se presenta de noche
y toca a la puerta de mi alcoba.

  -Vaya palabra alcoba-

Yo vivo en otra casa
transfigurada,
errática,
se mueve la casa.
Descansa sobre las sábanas
el cuerpo inconsciente de otro que sueña,
que no soy yo pero tiene mi misma apariencia.

  De repente llaman a la puerta.

El cuerpo se despierta.
Se escabulle entre sus propias utopías,
se desvía entre pasillos imposibles,
e ineludibles habitaciones con pestillos.
Surca marcos de puertas torcidos,
un recorrido de safari surrealista
a lo Gabinete del doctor Caligari.

El pasillo se bifurca en cien pasillos.

  -Entiendo que son cien
  sin contarlos, no sé.-

Me guío solo por el sonido
del timbre, aunque no sé si los sentidos
tienen dentro del sueño algún sentido.
Se dibuja la idea en mi cabeza del color,
aunque sepa también que la televisión
de los sueños es monocromática,

Las paredes se vuelven de pronto estáticas,
erráticas
y no me muevo,
ahora ya me pregunto si soy yo el dueño
del sueño o si es el sueño mi dueño.

Suena el timbre una última vez.

  -De repente estoy en la puerta.-

Tiro del pomo hacia fuera

  (Puertas absurdas)

y al otro lado del umbral
ya no hay nadie.
Cierro la puerta y miro por la mirilla.
Me asombra la visión de un ente.
Creo que es el propio Sueño
quien está ahí en frente.

De pronto estoy sobrevolando
Nueva York

  -Recuerden
  que la casa se mueve-

y hago pasar al sueño
que se convierte en ella
y ya la casa no es tan larga
ni tan enrevesada,
es mucho más escueta y parece tranquila.
Y todo comienza a apagarse 
cuando ella me mira
Y comenta:
-Me entusiasman tus sueños.
Y yo le digo:
  -¿Te gustan solos o conmigo?

Juanjo Aguilar.


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Sueño por Juan José Aguilar se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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